Touriga France, Touriga Nacional y un toque de Alicante Bouschet. Gran pureza aromática desde el primer impacto, con fruta fresca y crujiente como cereza y arándano, un encantador toque floral. Mucha jugosidad en boca, dando como resultado un vino dinámico, fresco y muy gastronómico, con taninos bien presentes y un toque mineral en el final.
El Valle de Vilarica se formó por la separación de las placas tectónicas ibéricas, creando una cuenca plana flanqueada por escarpes graníticos. A diferencia de la mayor parte del Duero, el suelo de Ataide es franco y esquisto, con Ph neutro y el viñedo es más seco y cálido que la mayor parte del resto del valle. Como resultado, la Quinta se beneficia de condiciones únicas para la viticultura y un terruño que no se encuentra en ningún otro lugar de la región del Duero.
Aromas florales, especialmente de rosas (que reflejan el importante componente de Touriga Nacional), así como notas de resina y agujas de pino, que confieren al vino una fragancia balsámica.
Touriga France, Touriga Nacional y un toque de Alicante Bouschet. Gran pureza aromática desde el primer impacto, con fruta fresca y crujiente como cereza y arándano, un encantador toque floral. Mucha jugosidad en boca, dando como resultado un vino dinámico, fresco y muy gastronómico, con taninos bien presentes y un toque mineral en el final.
El Valle de Vilarica se formó por la separación de las placas tectónicas ibéricas, creando una cuenca plana flanqueada por escarpes graníticos. A diferencia de la mayor parte del Duero, el suelo de Ataide es franco y esquisto, con Ph neutro y el viñedo es más seco y cálido que la mayor parte del resto del valle. Como resultado, la Quinta se beneficia de condiciones únicas para la viticultura y un terruño que no se encuentra en ningún otro lugar de la región del Duero.
Aromas florales, especialmente de rosas (que reflejan el importante componente de Touriga Nacional), así como notas de resina y agujas de pino, que confieren al vino una fragancia balsámica.