Hijo de una tierra exigente, de lomas frías y de perseverancia. El crianza es el vino imprescindible. Equilibrio y entereza. Muestra las buenas maneras de la experiencia y la gracia de la viña pletórica. Fruta negra jugosa en boca que invita a comer bien y a sentirse bien.
Pero hay más. El Crianza mantiene un pacto invisible con el paisaje. Una fuerza imperceptible que nos acerca a la verdad del lugar. Y convierte instantáneamente los viñedos de clima extremo en el lugar más acogedor del mundo.
Hijo de una tierra exigente, de lomas frías y de perseverancia. El crianza es el vino imprescindible. Equilibrio y entereza. Muestra las buenas maneras de la experiencia y la gracia de la viña pletórica. Fruta negra jugosa en boca que invita a comer bien y a sentirse bien.
Pero hay más. El Crianza mantiene un pacto invisible con el paisaje. Una fuerza imperceptible que nos acerca a la verdad del lugar. Y convierte instantáneamente los viñedos de clima extremo en el lugar más acogedor del mundo.