En la punta de la venerada Côte de Beaune se encuentra la majestuosa colina de Corton. Desde el siglo VIII, las viñas han florecido a lo largo del anfiteatro natural en el lado sur de la colina, produciendo el mayor grand cru de toda Borgoña. El emperador Carlomagno elogió esta región hace siglos por sus excepcionales vinos de alta calidad, consolidando su prestigiosa reputación.
Domaine Ponsot adopta con orgullo su enfoque "anticuado", manteniéndose firme en su compromiso con la tierra, la tradición y la intención. Rechazan las tendencias en la agricultura y la producción, nunca utilizan barricas de roble nuevas para la crianza de dos años y limitan estrictamente el uso de azufre. En cambio, recubren meticulosamente sus barricas, asegurando la máxima frescura y minimizando cualquier riesgo de deterioro. Este vino es un testimonio de la precisión y la pasión de Domaine Ponsot, proveniente de algunas de las mejores parcelas de pinot noir del mundo.
En la punta de la venerada Côte de Beaune se encuentra la majestuosa colina de Corton. Desde el siglo VIII, las viñas han florecido a lo largo del anfiteatro natural en el lado sur de la colina, produciendo el mayor grand cru de toda Borgoña. El emperador Carlomagno elogió esta región hace siglos por sus excepcionales vinos de alta calidad, consolidando su prestigiosa reputación.
Domaine Ponsot adopta con orgullo su enfoque "anticuado", manteniéndose firme en su compromiso con la tierra, la tradición y la intención. Rechazan las tendencias en la agricultura y la producción, nunca utilizan barricas de roble nuevas para la crianza de dos años y limitan estrictamente el uso de azufre. En cambio, recubren meticulosamente sus barricas, asegurando la máxima frescura y minimizando cualquier riesgo de deterioro. Este vino es un testimonio de la precisión y la pasión de Domaine Ponsot, proveniente de algunas de las mejores parcelas de pinot noir del mundo.