La historia de Clos Apalta se encuentra en uno de los viñedos de Cabernet Sauvignon y Carmenere más antiguos de Chile, si no del mundo. Escondido en el Valle de Colchagua, cerca de la ciudad de Santa Cruz, el Valle de Apalta fue el lugar elegido por un visionario, quien en la década de 1910 cultivó este increíble viñedo utilizando una selección francesa única de masal. En 1994, Alexandra Marnier Lapostolle y su esposo Cyril de Bournet adquirieron la propiedad. Fieles a las demandas de la familia, su ambición era producir un vino excepcional y allanar el camino para el desarrollo cualitativo de los vinos finos del país. Clos Apalta fue creado en 1997 como el vino icónico de Domaines Bournet-Lapostolle en Chile con la idea de magnificar el terroir excepcional de Apalta con la experiencia francesa. Dando forma al viñedo pie a pie, construyendo una bodega de última generación alimentada por gravedad, la familia logró hacer de Clos Apalta uno de los vinos más icónicos de América del Sur.
En 2014, Clos Apalta dio a luz a su segundo vino, Le Petit Clos de Clos Apalta. Le Petit Clos ofrece una interpretación diferente de este terroir único, utilizando las mismas uvas, pero en proporciones diferentes, y ofreciendo a las viñas jóvenes la oportunidad de demostrar su valía antes de que puedan convertirse en el Grand Vin.
La historia de Clos Apalta se encuentra en uno de los viñedos de Cabernet Sauvignon y Carmenere más antiguos de Chile, si no del mundo. Escondido en el Valle de Colchagua, cerca de la ciudad de Santa Cruz, el Valle de Apalta fue el lugar elegido por un visionario, quien en la década de 1910 cultivó este increíble viñedo utilizando una selección francesa única de masal. En 1994, Alexandra Marnier Lapostolle y su esposo Cyril de Bournet adquirieron la propiedad. Fieles a las demandas de la familia, su ambición era producir un vino excepcional y allanar el camino para el desarrollo cualitativo de los vinos finos del país. Clos Apalta fue creado en 1997 como el vino icónico de Domaines Bournet-Lapostolle en Chile con la idea de magnificar el terroir excepcional de Apalta con la experiencia francesa. Dando forma al viñedo pie a pie, construyendo una bodega de última generación alimentada por gravedad, la familia logró hacer de Clos Apalta uno de los vinos más icónicos de América del Sur.
En 2014, Clos Apalta dio a luz a su segundo vino, Le Petit Clos de Clos Apalta. Le Petit Clos ofrece una interpretación diferente de este terroir único, utilizando las mismas uvas, pero en proporciones diferentes, y ofreciendo a las viñas jóvenes la oportunidad de demostrar su valía antes de que puedan convertirse en el Grand Vin.