En 2015, de las 39 hectáreas de la finca (52 parcelas), 31,6 ha estaban en producción (41 parcelas), 4,7 ha estaban en barbecho (6 parcelas) y 2,7 ha estaban plantadas con viñas jóvenes (5 parcelas). Los viñedos estaban plantados con un 47% de Merlot, un 49% de Cabernet Franc y un 4% de Cabernet Sauvignon.
Con una discreta nariz inicial, Château Cheval Blanc 2015 revela rápidamente un aroma complejo de frutas rojas y negras, que incluyen cereza, frambuesa, mora y grosella negra. También son prominentes las notas florales de violeta, rosa, peonía y lila, mientras que los toques de caramelo, pimienta y especias agregan un toque de riqueza. El ataque es cremoso y voluminoso, dando paso a un paladar medio con taninos potentes, lujosos, redondos y elegantes. El final persistente, fresco y afrutado de este vino es un testimonio de su exquisito equilibrio entre taninos y acidez, lo que da como resultado una impresionante intensidad aromática.
En 2015, de las 39 hectáreas de la finca (52 parcelas), 31,6 ha estaban en producción (41 parcelas), 4,7 ha estaban en barbecho (6 parcelas) y 2,7 ha estaban plantadas con viñas jóvenes (5 parcelas). Los viñedos estaban plantados con un 47% de Merlot, un 49% de Cabernet Franc y un 4% de Cabernet Sauvignon.
Con una discreta nariz inicial, Château Cheval Blanc 2015 revela rápidamente un aroma complejo de frutas rojas y negras, que incluyen cereza, frambuesa, mora y grosella negra. También son prominentes las notas florales de violeta, rosa, peonía y lila, mientras que los toques de caramelo, pimienta y especias agregan un toque de riqueza. El ataque es cremoso y voluminoso, dando paso a un paladar medio con taninos potentes, lujosos, redondos y elegantes. El final persistente, fresco y afrutado de este vino es un testimonio de su exquisito equilibrio entre taninos y acidez, lo que da como resultado una impresionante intensidad aromática.